top of page

De tu arte a mi arte… yo prefiero la cultura


- Entrevista con Franco Augusto – Restaurador, Escultor y Promotor Cultural mexicano-


Recuerdo que un día cualquiera, probablemente mientras me devanaba los sesos tratando de determinar si mi siguiente cerveza sería una svetly o una IPA, fui contactado para formar parte de una mesa de debate sobre la actualidad y la problemática Latinoamericana, obviamente, la invitación me era extendida para hablar sobre mi amado pero balaceado y saqueado México.

Fue ahí que, al calor de un par de vinos tintos y los debates propios de la charla dada, tuve la oportunidad de conocer a Franco Augusto, un sui géneris, dicharachero y bien intencionado caballero con quien he tenido la oportunidad de compartir, más de una vez, no sólo un par de buenos tragos y una rebanada de pastel, sino, también, bastantes charlas y discusiones en torno a la cultura contemporánea.

Franco estudió Artes Plásticas, Escultura para ser más concretos, comenzó estudiando Diseño Industrial en la UAM de Azcapotzalco (México DF) y durante su primer semestre, le fue solicitado diseñar una lámpara…



“Yo tenía ganas de hacer algo más cabrón, algo que dijera mucho más que una simple lámpara, quería hacer una escultura, así es que puse manos a la obra, hice la escultura de una mujer embarazada que representaba el mito de la Coyolxauhqui y en la panza le puse un feto que armé con un foco estirado, al final estábamos hablando de una lámpara, tenía la misma funcionalidad de una lámpara, pero en el fondo, ya era una escultura, cuando la vieron los maestros y los compañeros, la pregunta fue casi inmediata “¿qué carajos estás haciendo aquí?, me sugirieron que me fuera a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, o al colegio de San Carlos”

Franco ya llevaba un tiempo como aprendiz de un amigo escultor que a su vez estudiaba arquitectura y la idea de estudiar esta disciplina le llamaba mucho la atención, y precisamente se encontraba evaluando tales posibilidades cuando, formando parte del equipo de trabajo de un festival de cine internacional, conoció a una chica Checa de la cual quedó prendado (aquí es donde todos los leedores suspiramos)

“Comenzamos a salir y, al mismo tiempo, comencé a hartarme del Diseño Industrial, me asqueaban la corrupción y la inseguridad de México y se abría la oportunidad de migrar hacia Chequia y pues, para no hacerte el cuento demasiado largo, me vine a Praga con ella” Una vez en Praga, comenzó a aplicar en distintas universidades tanto para Diseño Industrial como para Escultura, y tuvo la suerte de ser seleccionado en dos de ellas…

“Me decidí por Diseño Industrial y firmé el documento de inscripción pero, justo al momento de salir del edificio, mi entonces novia me preguntó, -¿qué pedou contigou Franco?, tú me habías dicho que ya estabas hasta la madre de todo estou-, y yo pensé, “pues sí, la neta que pendejo” y me regresé para decirles, -sabes que pane carnal, córtale, córtale, rompe ese papír que te acabo de firmar y pásame el de la carrera de Escultura-”

Y finalmente comenzó su carrera de Escultura y espacios en la universidad de Bohemia del Oeste. Al terminar sus estudios, comenzó a trabajar en restaurantes y a desempeñarse en distintos proyectos de restauración, el primero de ellos fue en el museo nacional de Praga y el segundo, en el edificio del antiguo teatro alemán en el que trabajó por un largo rato.

Hablemos de restauración…

“Requiere de mucha paciencia, digamos no es como cocinar un pastel, aunque el proceso es muy parecido, una escultura restaurada tarda todo un día en endurecer y secarse, vaya, aunque así lo pareciera, no estamos untando crema chantillí en las paredes, untamos cemento, aplicamos piedra o mármoles falsos”

Aunque la restauración es consecuencia de su verdadera pasión, Franco disfruta enormemente su trabajo, lo relaja y lo inspira para desarrollar sus proyectos escultóricos personales.

Ahora hablemos de otra cosa, de tu arte a mi arte…

Durante sus estudios en México, Franco siempre se involucró en distintos y diversos proyectos, inicialmente en conjunto con un compañero de la carrera y luego de manera individual…

“Estando en Pilsen, ya había tenido la oportunidad de exponer obra personal pero en todos esos eventos había participado como estudiante, mi primera muestra como Artista independiente sucedió en Praga, fue justo al terminar la carrera, se me presentó la oportunidad de unirme a la Red Global MX, y con su ayuda, lancé una convocatoria para todo México, misma que, tras una minuciosa curaduría, vio la luz como una exhibición colectiva de ocho artistas mexicanos, incluido aquí, tu servilleta”



Aunque no ha tenido la oportunidad de exponer de manera individual ya que su obra se encuentra desperdigada en varios sitios –una escultura en España, otras tres en México y dos itinerantes en Chequia- y resulta muy costoso conjuntarla toda, no ha quitado el dedo del renglón y continúa sumando esfuerzos para conseguirlo…

“En la exposición colectiva de día de muertos del 2019, tuve la oportunidad de exponer un Guerrero Jaguar y un Guerrero Águila que fueron mis proyectos de titulación”

Este proyecto surge a raíz de una analogía entre la historia de aquella vieja Bohemia de los Habsburgo, y la gran Tenochtitlan del periodo clásico tardío del siglo VII, porque en ambos se desató una lucha encarnizada territorial, digna de no ser olvidadas.

Primitivo

“Primitivo es un concepto que inició a partir de mi gusto por la gastronomía, he trabajado en varias cocinas tanto en México como en Praga y, en algún momento pude observar que muchos de los chefs más famosos del mundo se han inspirado de cierta manera en el arte para presentar los platillos, entonces comencé a pensar que, cada vez que yo montaba un plato, en realidad estaba montando una escultura efímera que duraba tan solo un momento”

En sus contemplaciones, Franco Augusto también se dio cuenta de algo que, si bien no puede ser considerado como “alarmante”, bien podría resultar bastante incómodo; estoy hablando de esa pésima costumbre que distingue a la mayoría de los restaurantes tradicionales mexicanos por servir, desafortunadamente, platillos de corte fronterizo gringo, mejor conocido como tex-mex.

“Es demasiado común encontrar un restaurante “mexicano” en cualquier país de Europa en el que se sirven, principalmente, nachos, burritos, chili con carne y quesadillas y, la neta, escuchar a los extranjeros hablar de esto como comida mexicana tradicional, me reventaba el hígado, es más, el mismo mexicano, en su asquerosa ambición, termina por fomentar este abaratamiento de nuestra gastronomía en el mundo entero”

La concepción de Primitivo no sólo muestra esa urgencia por llevar hasta el paladar de la gente el sabor de la cocina mexicana tradicional, rompiendo por completo con el viejo cliché de la cocina yanqui, sino que también, responde a una necesidad indomable por servir en cada mirada y curiosidad, esa cultura implícita en ser y saberse hispanoparlante.

“Las personas no deben ser alimentadas únicamente por la boca, también nos alimentamos por los ojos y por los oídos, Primitivo tiene la intención de ser un restaurante en el que no sólo se venda comida, ni que se muestre la típica decoración con fotografías de Adelitas revolucionarias, de un viejo Zapata, de un mal encarado Villa o de aquella sufrida Frida Kahlo, sino de conjuntar adecuadamente, toda aquella propuesta artística contemporánea que bien valga la pena mostrar”

Y fue bajo esta premisa que Franco Augusto, no sólo ha invertido su tiempo y esfuerzo en el montaje de un espacio culinario de calidad y compromiso en infinidad de festivales a lo largo de los últimos tres años, sino que también, se dio a la tarea de seleccionar y conjuntar a destacados Artistas y entusiastas de las artes y la cultura mexicana, hispana y global, para dar vida, junto con seis colegas de distintas disciplinas culturales y artísticas, al colectivo multidisciplinario Kulturní Klinika Praha, con el que ha llevado las distintas manifestaciones artísticas latinas destacadas en Praga, a un nivel completamente nuevo y diferente.

“Desde los inicios de Primitivo sabíamos que vender nachos y burritos representaba ganancias jugosas, pero nuestra idea siempre ha ido más allá de los billetes, nosotros siempre hemos trabajado con la mente clara en la creación de un concepto que se sostenga a si mismo tanto filosófica como culturalmente, no queremos montar el nuevo macdonalds mexicano como aparentemente muchos empresarios lo están intentando, nosotros buscamos algo más”

En pocas palabras, la idea es organizar y montar festivales que rompan con lo habitual, en donde la gente no solo pueda escuchar música sino que también encuentre una oferta gastronómica de calidad y, además, un catálogo artístico innovador e interesante. Sobre el proceso creativo

Todo lo que veo a mi alrededor me inspira, me inspira también el trabajo de restauración, al ver las obras maestras de aquellos artistas que ya han trascendido, me pega de una manera un tanto infantil, me hace sentir como si adquiriera ciertas piezas de un rompecabezas o un lego y así voy acumulando conocimiento e ideas hasta que siento que el saquito de la creatividad ya está lleno, y es entonces cuando me decido a crear algo”

Antes de mudarse a la República Chueca, por la mente de Franco nunca había pasado la idea de hacer algo relacionado a las culturas prehispánicas, pero estando en la universidad en Praga, se dio cuenta de algo muy loco, tanto los profesores como los compañeros de estudios estaban muy emocionados ante la idea de estar frente al primer mexicano que estudiaba en esa facultad, estaban tan emocionados por conocer sobre a cultura mexicana que de cierta manera lo hicieron sentirse presionado para realizar algo relacionado a sus raíces.



“Por eso comencé a trabajar los temas prehispánicos, de cierta manera, estando aquí, completamente aislado de todo lo mexicano, pude darme cuenta de todo aquello que realmente resalta y llama la atención de nuestra cultura. Siempre me ha gustado hacer collages, no sólo mezclo imágenes y colores, también me gusta hacer collages de materiales, en alguna ocasión hice un minotauro, las patas las hice de metal, el cuerpo de epóxido con arena y la cabeza es un cráneo natural de vaca, si lo piensas apropiadamente, todos somos la mezcla de alguien más, un poco de tu papá, un poco de tu mamá, un poco de tus amigos, el entorno y varias cuestiones más y, seamos sinceros, con el arte es igual” Praga, Praga, Praga…

“Uf… bien puedo decir que amo a Praga en el sentido de que es una ciudad única en el mundo, ya ha pasado por todos los sistemas económicos y políticos conocidos hasta la fecha, ya fueron del capitalismo a la ocupación nazi, de la ocupación al comunismo y del comunismo de vuelta al capitalismo, todo esto me hace sentir que la conciencia colectiva está más desarrollado que en el resto de la Europa capitalista que nunca ha tenido la oportunidad de renacer y reinventarse; el bagaje cultural de la gente aquí es bastante respetable y en cuanto al odio, realmente no puedo decir que odio a Praga, me odio a mí, por haberme dejado llevar por el alcoholismo latente en esta sociedad, es difícil decir –no-“

Y aunque puedo entender perfectamente a Franco en cuanto al odio que despierta esa terrible costumbre, rastrojo del comunismo, resultante en una xenofobia incongruente y poco inteligente, también vale la pena comprender su punto de vista en cuanto a la actual sociedad Checa:

“afortunadamente aquí, la gente mierda es la menos, nunca me cansare de decir que, perfectamente puedo hablar de esta sociedad en un sentido mera y totalmente, positivo, siempre instalado en un rollo estilo… yo prefiero la cultura” Por: Antonio Andrade – Periodista y Escritor mexicano México, Noviembre 2020

144 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page