Entrevista con Laura López – Estandopera (Comediante) mexicana
Fue durante el invierno del 2018, un amigo me invitó a una reunión de mexicanos en algún bar de karaoke de esos que andan desperdigados por la ciudad y fui, como siempre sucede, llegué de último (me había perdido entre calles y paradas de nombres raros y desconocidos por mi), yo era el nuevo del grupo y ya todos me llevaban la delantera con las cervezas, así que decidí ponerme a la altura pidiéndome dvě velká piva para mí solito. Pero en fin, la cosa es que de entre todos los asistentes, ella llevaba la voz cantante en las anécdotas y las bromas y yo no quería quedarme atrás, así es que a la primera oportunidad, luego de haber cantado una rola horrible pero pegajosa, haber salido del lugar y habernos subido a un tranvía con rumbo incierto para seguir la fiesta, me animé a soltar una perorata jocosa que, si bien no era tan mala, tampoco era tan buena.
“¡Prominte güerito, güerita, en esta ocasión se va a llevar la lámpara de novedad para esas noches oscuras en la República Chueca!, ¡cinco varotes le vale, cinco coronas le cuesta¡”, la mayoría reía airadamente pero, de haber sabido que una Comediante de su talla se encontraba entre mi improvisado público, le hubiera puesto más empeño al despiporre o de plano, hubiera cerrado la boca.
Ella se llama Laura López, Comediante por convicción y esto fue lo que me platicó…
“Soy maestra de inglés en dos colegios de idiomas aquí en Praga pero bueno, podemos decir que mis primeros pasos dentro del mundo de la comedia fueron dados en China, o al menos ahí descubrí mi gusto por tal disciplina; recuerdo que alguna vez fui a ver a unos amigos, en el lugar había dos comediantes, yo acababa de terminar con mi ex y como debe de ser, me estaba quejando de algunas costumbres de los Chinos pero de un modo divertido, de pronto un amigo me dijo; pues ahí está el micrófono, vas, cuéntanos algo… y bueno, así lo hice”
Laura no sólo hace comedia en Español, también la hace en Ruso y en inglés, pero su predilección se inclina por el Ruso y, aunque no le ha sido fácil posicionarse en los escenarios del decir Bolchevique, su tenacidad y su pasión, le han permitido cosechar infinidad de aplausos.
“El público en el extranjero nunca ha sido fácil de manejar, hacerlos reír tiene su ciencia, afortunadamente, al saber que soy Mexicana, bajan sus defensas y también, al darse cuenta que domino no sólo el lenguaje sino los modismos y hasta las maldiciones, pues ya se sienten más relajados”
Su gusto por el stand up comienza gracia s a un amigo que la invitó a pisar sus primeros escenarios, sus primeros cinco minutos de fama frente a un micrófono constaron de unos cuantos chistes y un nutritivo puñado de nervios.
“La verdad estaba uy nerviosa y la rutina no me salió como lo había planeado pero eso sirvió para ponerme las pilas, comencé a darle mayor estructura a los textos y a las rutinas, también empecé a asistir a distintos eventos de micrófono abierto y hasta comencé a practicar frente al espejo”
Escenario a escenario fue descubriendo todo aquello que implica el stand up, aprendió a notar los errores de cada presentación, perfeccionó los chistes y aprendió a leer al público.
“Aprendí a hacer pausas entre ideas, a agregar contexto y comencé a trabajar con ciertos temas que los públicos de Rusia y Chequia no acostumbraban, por ejemplo, me di cuenta que muchos comediantes acostumbran hacer chistes sobre tinder y bueno, cualquier tipo de broma relacionada con la aplicación ya ha sido contada, a mí me gustaba más abordar temas personales, contar anécdotas, casi siempre las cuento tal y como sucedieron pero a veces me gusta meterles un poco más de relleno, ya sabes, exageraciones que convierten una situación normal, en un gran chiste”
Laura, al igual que todos aquellos que pueden presumir de un talento admirable, nunca estudió las artes del stand up, asegura que el ejercicio de tallereo de su comedia radica en la práctica; tomó como base los monólogos de Adal Ramones, de él aprendió el manejo del escenario, el manejo de las gesticulaciones y poco a poco fue desarrollando su propio estilo.
“Aunque suene a cliché, bien puedo decir que, sobre el escenario me llega el momento en el que ya no veo al público, a veces sólo veo mi escaleta y me clavo en la idea de lo que debo decir y cómo debo decirlo, aunque debo admitir que las reacciones de la gente ayudan mucho, son ellos quienes te dan pauta para extender el chiste, hacer uso del silencio o de plano pasar de inmediato a lo que sigue”
Si tuviera que comparar la comedia con algo, lo haría con la cocina en general, ella acostumbra escribir sus rutinas para sí misma, es su humor y así lo defiende, entiende perfectamente que la comedia es para compartirse pero también suele dejar algunos chistes en el tintero sólo para ella en una especie de ritual de intimidad.
La comedia dentro y fuera del escenario
“Primeramente yo soy Laura y ya después viene todo lo demás, la comedia no es consecuencia de mi vida entera, la comedia es una pequeña parte de ella, los comediantes famosos lo saben bien, fuera del escenario eres una persona común y corriente, no es sencillo, se pasa demasiado tiempo a solas, pensando, escribiendo, este es un viaje que se hace a solas”
Aunque no se auto denomina como comediante, entiende bien que su labor es entretener, su gracia radica en su pasión, nunca se sube a un escenario por obligación, solamente cuando así le nace.
“No me puedo llenar la boca diciendo que soy comediante, no es mi profesión”
Haciendo memoria, Laura López me cuenta de aquella ocasión en la que fue invitada por la comunidad rusa en Praga para participar en una convención de stand up.
“Fue en Munich, hasta me pagaron el viaje y la estancia, la primera noche éramos como 15 estandoperos de todo Europa, había franceses, polacos, rusos y más, todos hacían rutinas en Ruso, al final de la noche nos comunicaron quienes habíamos pasado a la siguiente ronda y bueno, me tocó la buena suerte de pasar, esa fue una gran satisfacción para mí”
Como toda buena artista, Laura López se ha visto de frente con el fracaso en varias ocasiones, recordó aquella ocasión en que desarrolló una rutina en la que hablaba de su afición por las bebidas espirituosas y la alcoholemia, misma que estaba repleta de chistes y jiribillas pero decidió traducirla tal cual al inglés y bueno, según sus palabras, la presentación salió horrible pero pudo superar el traspié y continuó con su gran comedia.
“Fuera del escenario la cosa es diferente, ya te dije que es una vida solitaria pero también es introspectiva, de mucha reflexión, una vez que comencé con esto del stand up, me llegó el momento en el que a todo lo que vivía le buscaba el lado chistoso, ya sabes, pensaba en cómo traducir a comedia equis o ye situaciones, ese es un pensamiento o un razonamiento que ya nunca te abandona, existe también una fórmula muy conocida en el ámbito que dice que cualquier tragedia, pasado el tiempo, es igual a comedia y pues sí, así es”
Laura entiende a la perfección la responsabilidad que otorga el micrófono, sabe que se tiene la oportunidad de llegar a muchas personas y aunque aún no se atreve a aceptar el papel de influencia, sabe perfectamente que el poder que otorga la vida pública, radica en el mensaje enviado y ella ama poder hacerlo por medio de su comedia, se ha dado a la tarea de presentar a los mexicanos ante el mundo, muy por fuera de los estereotipos habituales, sabe que no todos valemos madre, reconoce que somos muy trabajadores y amigables y así se ha encargado de divulgarlo en cada oportunidad que se le presenta.
Praha ha ha ha
“Cuando vivía en China, sabía perfectamente que esa estancia no era para siempre, trabaje allí por dos años y, al descubrir que el desarrollo profesional era casi nulo, comencé a trazarme una nueva meta, necesitaba algo más, extrañaba la cultura del oeste y fue así como comencé a buscar empleo por internet hasta que me llegó una oferta difícil de rechazar en Praga y así fue como llegué aquí”
Aunque es bien sabido que todos los expatriados en Praga tenemos una relación de amor y odio con la ciudad, sorprendentemente para Laura López, las cosas son muy diferentes, fuera de los asegunes relacionados al pésimo servicio al cliente que la ciudad ofrece, del pago de impuestos y de las limitantes de lenguaje, su relación con la ciudad, está repleta de amor.
“Yo no siento odio, por el contrario, neta, después de vivir en China y en Rusia, me resulta difícil encontrar algo que no me guste de esta ciudad, es capital pero es pequeña, el transporte público es de lo mejor, los precios son bastante aceptables y no están regidos por el euro, eso me fascina, en realidad no tengo nada en contra de Praga, digo… ojalá todos hablaran inglés pero bueno, creo que es mucho pedir”
Mentar madres o no mentarlas
“Desafortunadamente, muchos comediantes piensan que cualquier persona puede hacer comedia y, aunque todos los seres humanos vivimos la comedia constantemente, la brecha entre la cotidianidad y la ejecución ya es otro pedo, si tus chistes carecen de originalidad y de inteligencia, nunca van a funcionar
Es más que sabido que los comediantes mientan madres a diestra y siniestra pero no todo es miel sobre hojuelas en cuanto a las altisonancias, la tragedia humana debe ser respetada y sobre todo, se debe observar a detalle, el uso de malas palabras.
“En cuanto a las mentadas de madre y las malas palabras puedo decir que es algo que se siente o se intuye, ni todas las ideas para un chiste son buenas, ni todo el público está dispuesto a escuchar ciertas cosas, yo no acostumbro hacer chistes de cosas y situaciones que no están relacionadas con mi persona, se debe aprender a leer al público para esto, imagina que llega a verte un grupo de personas mayores y tu avientas un chiste que les resulta ofensivo, aunque uno de ellos se ría, los demás se llevarán una mala impresión de tu persona, por eso se debe evaluar a la perfección el uso de ciertas palabras; si alguien es oprimido por la sociedad, yo no pienso hacer chistes al respecto”
El chiste perfecto
“Los mejores chistes son aquellos que de inicio te hacen reír pero que de inmediato despiertan la alarma de la moral y los principios, cuando descubres eso en un escenario, sabes que tu chiste es una joya”
Y si bien no todos los seres humanos estamos listos para cierto tipo de chistes, Laura siempre ha mostrado una empatía admirable para con su público.
“Los chistes no se pueden blindar, siempre habrá alguien a quien no le gusten, yo acostumbro presentar un chiste en varias ocasiones y así como hay quien se ríe, también ha habido ocasiones en las que alguien se levanta y se retira, mi teoría personal dicta que el stand up es una ciencia, sí que existe una fórmula para desarrollarlo pero requiere de práctica para no dirigirlo hacia un grupo en particular o para una ideología en específico”
Laura siempre está diciendo cosas graciosa, me consta bien, su círculo más cercano es un hervidero de chistes y bromas y albures y risas y en realidad, así es como debe de ser porque, al tenerla cerca, uno se siente invadido por esa gracia de encontrarle el lado jocoso a las cosas y termina por soltar infinidad de comentarios absurdos y chuscos y mira que lo digo por conocimiento, me ha pasado.
“En mis reuniones siempre termino llorando de risa, hasta me han llegado a callar en algunos bares, es inevitable, en alguna ocasión fui a un bar con un grupo de amigos, estábamos jugando juegos de mesa y las carcajadas no se hicieron esperar, en la mesa de al lado había entre diez y doce holandeses, nosotros estábamos cagados de la risa y ellos se nos quedaban viendo constantemente, una y otra vez hasta que el mesero se nos acercó para pedirnos que le bajáramos a nuestro desmadre y, aunque o intentamos, tuvo que regresar en tres ocasiones más para apaciguarnos, nunca más volvimos a ese lugar”
Laura siempre ha tenido los pies en la tierra, sabe perfectamente que se volvió estandopera por gusto y no lo niega, le encanta entretener a la gente, su filosofía al respecto es lo que le brinda la autenticidad que esta disciplina requiere para mantenerse siempre fresca… “si tu día estuvo de la chingada, al menos por cinco minutos te puedo hacer reír ¿no?” y en verdad que lo consigue.
Fan de Adal Ramones, del de antaño, el que sí hacía reír, de comediantes contemporáneos como Daniel Sosa, Ricardo Pérez, Sofía Niño de Rivera y algunos otros de tierras estadounidenses, Laura López va, aunque no quiera o se aferre a negarlo, creciendo a paso firme en esto de arrancarnos carcajadas, su desempeño escénico habla muy bien de su trabajo tras bambalinas y bueno, hay muchísimo por decir en lo tocante a su carrera, bien valdría la pena no perderla de vista y quien sabe, quizás muy pronto pueda ver su sueño materializado y encontrar su nombre en los mejores escenarios de toda Europa. “¿Te imaginas a una Mexicana haciendo comedia en Ruso por todo el continente?”
La neta, yo sí.
Por: Antonio Andrade – Periodista y Escritor mexicano Fotografías de Guillermo Hernández
Praga, Febrero 2020
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