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Mundo de bacterias

En un número anterior explicamos que las bacterias son seres distintos a los virus. Ahora ahondaremos un poco más sobre las bacterias, algunas de sus características y por qué no son tan “malas” como muchos pensaríamos. Ya que cuando escuchamos la palabra bacteria pensamos en enfermedad, sin embargo, no todas las bacterias las producen.

Las bacterias son microorganismos, es decir, seres tan pequeños que no se pueden ver a simple vista y requieren de instrumentos especiales para ser observados, por ejemplo, microscopios. Son seres unicelulares, pues están formados por una sola célula. Dentro de los seres vivos son los más sencillos y abundantes, pues viven en todas partes. Además, en condiciones adecuadas, logran reproducirse muy rápido ¡incluso cada 20 minutos!

Dependiendo de su estructura, composición química y su forma, que les proporciona características específicas, se clasifican en diferentes grupos o familias. Las bacterias pueden tener forma de coma, circular, alargada o en espiral (Figura 1). En su interior, su ADN (ácido desoxirribonucleico), el código que contiene su información genética, se encuentra compactada y organizada de diferente manera que el de nuestras células. Por ejemplo, su ADN no está separado del resto del contenido celular pues no tienen núcleo y no está organizado por proteínas (histonas). Algunas tienen una estructura llamada flagelo que las ayuda moverse (Figura 1).

Algunas bacterias son beneficiosas para nuestro organismo, pues producen sustancias que nosotros no somos capaces de producir, que permiten el procesamiento de sustancias no digeribles como la fibra o compiten por el espacio con otros organismos que pueden dañarnos. A estas bacterias se les conoce como flora comensal o microbiota. ¡Cada uno de nosotros posee única microbiota, de la cual algunas de esas bacterias nos acompañan desde que nacemos!

A las bacterias que nos causan daño se les conoce como bacterias patógenas. Cada día nos encontramos con ellas, pero contamos con un armamento de células y barreras que nos defienden y evitan que nos dañen. Pero si nuestras defensas no pueden eliminar a los patógenos, debemos utilizar antibióticos para combatirlos. Los tratamientos con antibióticos siempre deben ser recetados por un médico, completarse y usarse adecuadamente, pues si no se hace las bacterias pueden desarrollar resistencia, resultando en la ineficiencia de actuales antibióticos.

Existen también bacterias que pueden vivir en condiciones extremas (extremófilas), cómo en altas temperaturas o acidez. Gracias a su capacidad de soportar tales condiciones, se utilizan en distintas aplicaciones. Por ejemplo, en la famosa PCR o reacción en cadena de la polimerasa, técnica que se utiliza, entre otras cosas, para la detección de virus (como el causante de COVID19), se utiliza una sustancia que proviene de una bacteria termófila.

En fin, podemos alargarnos hablando sobre las bacterias que forman un mundo tan diverso y fenomenal, espero ya no las consideres como las malas de la película.

Figura 1. Arriba.Diversidad de bacterias llamados bacilos, cocos, diplococos, espiroquetas. Bacilo con flagelo y en su interior ADN. Abajo. Placa de Petri donde se cultivan bacterias en el laboratorio con todos los nutrientes necesarios y probar su sensibilidad a antibióticos, PCR, una aplicación en donde se utilizan componentes de bacterias (enzima polimerasa* de la bacteria termófila Thermus aquaticus).

*enzima polimerasa es una sustancia que producen las bacterias para la duplicación de su ADN cuando se reproducen

Para más información consulta los siguientes enlaces:

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