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La ausencia como presencia, el arte de respirar pintando

Entrevista con Eduardo Lara - Artista visual mexicano


Era una tarde nublada y fría de mediados de otoño, caminaba por las calles de Vrsovice completamente inmerso en mi teléfono móvil, hurgaba en el mapa el camino mejor para llegar al sitio acordado para esta entrevista. Segundos antes de cruzar una calle alcé la mirada y me encontré de frente con una sonrisa que desde detrás de un bigote y una barba enjundiosos me decía “hola”; era Eduardo Lara, había salido a comprar un par de piezas de pan para “alivianar la tripa”, le devolví la sonrisa, estrechamos manos y tomamos rumbo a su taller.

Tras cumplir con los formulismos sociales que dictan las normas de la amistad, ponernos al tanto de nuestro día a día y divagar un poco sobre temas más cotidianos que trascendentes, comenzamos a charlar sobre su vida y obra, desde la esquina sonaba sin tregua una serie de canciones de la época más cotorra de ese México que lo vio nacer y que de alguna manera lo identifica como parte de una generación mal llamada equis (X)…

Eduardo Lara es Pintor, Grabador y Artista plástico contemporáneo, proviene de un seno familiar más relacionado con el Cine y el Teatro que con las artes gráficas, sus padres se dedicaron por mucho tiempo al vestuario pero él siempre mostró una profunda curiosidad por el dibujo. “Comencé a dibujar desde muy pequeño, era una constante en mi vida, recuerdo que de niño solía decir, yo quiero ser pintor, incluso en alguna ocasión mi padre intentó inscribirme en la Academia de San Carlos –México Distrito Federal- pero yo era muy pequeño aún, creo que iba en la escuela primaria y fue imposible, posteriormente, cuando estaba por terminar la escuela preparatoria comencé a preguntarme qué hacer, qué quería estudiar; mi primer idea fue Diseño gráfico, también pensé en estudiar Arqueología pero de inmediato me di cuenta que no poseía el rigor científico necesario, así que me decidí por estudiar Pintura pero, como nunca había pintado algo en forma, decidí hacer un cuadro para medirle el agua a los camotes y me gustó”

Tras aprobar el examen de ingreso a la ENAP -Escuela Nacional de Artes Plásticas-, comenzó a estudiar Pintura y durante el segundo semestre de la carrera, el profesor Pedro Ascencio –reconocido grabador mexicano- lo incita a tomar alguno de los talleres disponibles, así es como conoce las artes y los quehaceres del Grabado, disciplina que desarrolló a lo largo de sus estudios.

“Me hice grabador, prácticamente toda la carrera la hice en Grabado y muy pronto comencé a inscribir mi trabajo en distintos concursos, tuve la suerte de obtener una mención honorífica en el primero de ellos –Bienal José Guadalupe Posada- y posteriormente un primer lugar en la Bienal de la interpretación moderna del Quijote –una interpretación moderna del Valeroso Hidalgo don Quijote de la Mancha, año 2000-“

Sin embargo, aún y cuando el Grabado le apasionaba, Eduardo seguía pensando en la Pintura, así es que resolvió poner pausa a sus grabados para adentrarse en el mundo de los pinceles y los bastidores.

Praga la ciudad en blanco y negro

“En el año 2002, una colega organizó una exposición en Praga y yo me animé a asistir a la inauguración”

Inicialmente, Eduardo planeó instalarse en Praga por tan sólo tres meses pero comenzó a pintar y decidió quedarse, en ese entonces él pintaba en blanco y negro y la sombría vista de esa nublada ciudad post comunista de finales de invierno simplemente lo atrapó. “Esta ciudad es como mis cuadros”, pensó, y no fue tanto por inspiración, si no por el golpe emocional que la arquitectura y la falta de color de la urbe le brindó, que comenzó su relación amor / odio con ella; “cuando llegué, Praga estaba en blanco y negro, todo combinaba tan bien que parecía haber sido provocado, incluso llegué a notar que muchas personas en la calle estaban ojerosas, era un contraste entre belleza y fealdad tan marcado que me invitaba a prestar mayor atención a mi entorno, en algún momento surgió el planteamiento, quedarme o regresar a México, finalmente en México ya contaba con cierto reconocimiento y aquí nadie sabía de mí, y aunque quedarme implicaba comenzar desde cero, también estaba implícita la oportunidad de no encajonarme en un solo nicho, así es que decidí quedarme”

Como a cualquier migrante le sucede, Eduardo Lara pasó por un proceso de redescubrimiento y aprendizaje largo en Praga, fue un periodo de improductividad que a la par, le resultó demasiado útil para encontrar cosas nuevas, distintas, para ver tanto al arte como a si mismo desde otro ángulo, desde afuera, fue así que comenzó a practicar y a experimentar con distintas técnicas y ya bien instalado en el 2018, inauguró su primer exposición independiente.

“Fue en una galería del centro llamada Fotografic, ahí expuse la segunda de la serie ‘Doppelgänger’, un serie de dobles que ha crecido bastante, actualmente cuenta con alrededor de 20 pinturas”


Doppelgänger – el doble

“Todo tiene cierta relación con el número dos, representa dos cosas opuestas pero en una sola imagen, como las dos caras de una moneda, muchos cuadros abordan distintas formas, comencé esta serie con gemelos idénticos pero fue transformándose, poco a poco se despegó de su esencia, actualmente tengo distintas temáticas dentro de la misma como el hermafroditismo o la vida y la muerte pero todos relacionados con la dualidad”

Se trata también de hablar de la ausencia como presencia, siempre habrá una sombra, un objeto, una señal que indica que hay alguien más ahí, en cualquier lugar, forma o manera, como lo muestra en su cuadro ‘La gemela muerta’ en donde una mujer está viendo a su gemela fenecida, o en ‘La gemela muerta 2’ en donde un cráneo representa la presencia de quien ya no está.

“Pintar me ha ido condicionando de distintas maneras, tal y como veo al mundo es como traduzco la pintura, esto no significa que veo doble todo el tiempo, hay miles de cosas a nuestro alrededor que a veces no notamos porque estamos inmersos en nuestro propio cotidiano”

El arte en la vida del Artista

Como todo buen artista, Eduardo gusta y disfruta de todas las ramas del Arte, le gustan mucho la música, la pintura, la escultura, el grabado, etcétera y tiene un gusto particular por la fotografía, aunque prefiere no considerarse como fotógrafo, reconoce que no lo hace tan mal, además de que, de una manera u otra, siempre ha estado presente a lo largo de su carrera.

“Me gusta el trabajo de varios pintores, por mencionar solo algunos puedo hablar de David Hockney quien tiene también una serie de retratos dobles, Francis Bacon, Richter, Tamayo, Toledo, Siqueiros de quien disfruto la fuerza y el trabajo de investigación de su obra, y de los clásicos, pues Velásquez, con él coincido en la paleta de colores, ambos utilizamos tierras ocres, siena, sombra tostada y más”

Para Eduardo, el arte no es algo que deba forzarse, es algo que debe tomar tiempo, que amerita pensarse, concibe el arte actual como elitista, comprende que quienes pueden pagar por determinadas obras, lo hacen más por inversión que por gusto y que, de alguna manera, se ha convertido en un producto de consumo, al igual que las galerías, hoy en día, representan más un negocio que un espacio de difusión, afortunadamente para él y su obra, los cuadros que ha vendido en República Checa han sido adquiridos por gusto.

“El arte es exclusivo de alguna manera, resulta muy complicado por veces, es inclusivo en cuanto a sus temáticas pero si no se cuenta con un estudio previo, con una educación enfocada al arte, resulta difícil apreciarlo adecuadamente y precisamente por eso la gente no lo consume con tal facilidad”

Sin Rumbo Fijo

Como a todos nos ha sucedido en determinado momento, facebook tuvo la culpa, en este caso, fue por medio de la red social que Eduardo retomó contacto con varios colegas en México y así, en 2017, durante una visita a su alma mater, comenzó a diseñar junto con Víctor Hugo Ríos Olmos una exposición colectiva México / Praga que mostrara de manera conjunta, trabajos relacionados a la masacre de Tlatelolco y a la primavera de Praga –ambas ocurridas en 1968-

“Mi colega estaba poniendo orden a un proyecto sobre el 50 aniversario de la masacre del 68 y yo le comenté sobre Praga, por eso decidimos comenzar a organizar esta exposición, desafortunadamente, por lo delicado del tema y lo turbulento del escenario político mexicano, el proyecto no encontró buen cauce, el asunto de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa estaba muy reciente y Enrique Peña Nieto –“presidente” de México 2012 / 2018- no gozaba del mejor prestigio a nivel mundial, por eso en la embajada de México me dijeron que si podían ayudarnos pero nunca dijeron cuándo”

Así se dio a la tarea de gestionar el proyecto por su cuenta, contactó directamente con un centro cultural de la Universidad Carolina pero, como ya había pasado mucho tiempo, el proyecto hubo de modificarse, dando vida así, a una nueva exposición “Sin rumbo fijo”, misma que tuvo como primera sede, Praga.

“Posteriormente se dio la oportunidad de mover la expo a Polonia y así fue como se convirtió en un proyecto itinerante que a su vez, va sumando artistas locales, está por inaugurarse en Valmaseda (noviembre 2019), en España, ahí se sumarán algunos artistas Vascos y ya estamos trabajando para llevarla a Hungría, Oslo y New Castle”

A raíz de la organización de “Sin rumbo fijo” en España, se abrió la oportunidad de representar a México en la Feria Internacional Gráfica de Bilbao, España, en 2020.


El proceso de pintar

Para Eduardo Lara, la inspiración debe encontrarte trabajando –como solía decir Pablo Picasso-, el arte no sólo lo llena, lo apasiona, no puede imaginarse viviendo de otra manera,

“Hollywood nos tiene acostumbrados a su fórmula, en varias de sus películas el Artista se pasa dos horas diciendo puras cosas cabronas y profundas y viviendo momentos envidiables, yo no me identifico con estos personajes, la verdad es que hay artistas de todos tipos, bohemios, disciplinados, procrastinadores o beodos, yo procuro pasar de 10 a 12 horas en el taller cada día pero no me obligo a estar siempre aquí, a veces no comienzo a pintar de inmediato, me tomo mi tiempo, leo algunas noticias, si durante el trabajo algo no sale como quiero me voy a dar una vuelta, a distraerme porque si se presiona, si se obliga, el arte no fluye”

Incluso la selección de la música adecuada para crear el ambiente propicio de trabajo toma su tiempo porque todo depende del estado de ánimo en el que se encuentre y de las obligaciones del día, no es lo mismo tener una sesión con una o un modelo que comenzar un cuadro o continuarlo o terminarlo.

“En el caso de la pintura, es ella misma quien te dice cuando ya está terminada, pero también uno debe reconocer el momento de parar, si se insiste demasiado en continuar un cuadro, se corre el riesgo de arruinarlo, con el grabado es distinto, se debe pensar más en cada paso, al final no es como la pintura en donde los errores se pueden cubrir, aquí lo que se graba se queda, a veces los accidentes abren otras puertas al arte, pero a veces no. También sucede que una obra deja de gustarte durante el proceso y, aunque me ha sucedido muy pocas veces resulta frustrante, en esos casos prefiero guardar la obra, darle un tiempo de maduración y posteriormente retomarlo, trabajando es como se resuelven estas cosas, como siempre, un clavo saca a otro clavo”

La aventura de la pintura

“Mi mejor aventura con la pintura fue con mi primer cuadro, aun cuando el resultado no fue del todo satisfactorio, nunca había agarrado los pinceles de un modo tan serio, fue una onda muy surrealista y salió más de lo que yo esperaba, quedé muy satisfecho, finalmente así se definió de alguna manera mi camino en el arte”

Para Eduardo las musas no existen, la inspiración puede aparecer así de la nada pero no siempre lo hace en el momento preciso, la creatividad es un músculo y como tal, debe ejercitarse trabajando.

Finalmente la entrevista comenzaba a terminar y tras haber dado mil vueltas en derredor del amor y la pasión requeridas y relacionadas al arte en general, después de haber despepitado en contra y a favor de los unos y los otros en las artes, encendemos un último cigarrillo a modo de despedida y en el inter se me ocurre preguntarle sobre el significado de la pintura en su vida…

“Lo más chingón de la pintura es que me ha modificado de tal manera que pienso en ella todo el tiempo, es un modo de vida y de pensamiento, determina mi día a día, no puedo imaginarme pintando por el resto de mis días pero tampoco puedo imaginarme no haciéndolo. Siempre he vivido haciendo lo que amo, si me puedo morir pintando bien y ojalá nunca me llegue el momento en que no pueda seguirlo haciendo”


Por: Antonio Andrade – Periodista y Escritor mexicano

Praga, Noviembre 2019

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