top of page

Los enemigos en el mundo de las bacterias: los antibióticos

En un número anterior hablamos de las diferencias entre bacterias y virus, entre ellas tenemos que los antibióticos pueden eliminar a las primeras, pero no a los segundos. Además, la mayoría de nosotros estamos familiarizados con la palabra antibiótico, pues alguna vez en nuestra vida hemos utilizado estos medicamentos. ¿Se han preguntado cómo funcionan y por qué no pueden eliminar virus?


Interesantemente, los antibióticos fueron descubiertos por “suerte” por el microbiólogo escocés Alexander Fleming en 1928, quien dejó unas placas con cultivo de bacterias en su mesa de trabajo, y cuando regresó de vacaciones se encontró con una sorpresa que cambiaría el estudio de las bacterias y la medicina. Una de las placas parecía estar contaminada de un hongo. Cerca del hongo no había colonias de bacterias, pero lejos del hongo sí estaban las bacterias esperadas. A partir de ese momento se había descubierto el primer antibiótico: la penicilina, el cual es naturalmente producido por un hongo y que cambió radicalmente el tratamiento de las enfermedades infecciosas, causadas por bacterias, como la gonorrea y la fiebre escarlatina. Sin embargo, cuando Fleming hizo más experimentos con esta sustancia en otras bacterias no logró el mismo efecto de eliminarlas.


¿Cómo funcionan los antibióticos?


Recordemos la estructura de una bacteria. En general las bacterias cuentan con membrana celular y en su interior ADN, proteínas, y estructuras para la síntesis de ambos. Además de una membrana celular, cuentan con una pared celular. Hay dos grupos grandes de bacterias, las Gram positivas y las Gram negativas. Las Gram positivas tienen una pared celular más gruesa que retiene el color púrpura cuando se tiñen con el método de Gram. En cambio, las Gram negativas, aunque tienen una membrana secundaria, su pared no es tan gruesa y el tinte no es retenido. La penicilina es eficaz únicamente contra las bacterias Gram positivas, pero no contra las Gram negativas, por las diferencias en su pared.


Una manera de clasificar a los antibióticos es de acuerdo con la forma en que actúan y en qué lugar de la bacteria lo hacen: en la membrana o pared celulares o al prevenir la síntesis de proteínas o ADN (Figura 1). Otro tipo de clasificación es dependiendo de su estructura química o su espectro de acción (su capacidad de matar más tipos de bacterias, incluso las de nuestra microbiota). Los antibióticos no funcionan en virus, porque su estructura es distinta a la de las bacterias, por ejemplo, su membrana es diferente y no tienen pared celular. Además, requieren de infectar otras células para poder sintetizar proteínas. Las sustancias que pueden dañar un virus son los antivirales.


Figura 1. Mecanismos de acción de los antibióticos. Lugares de la célula bacteriana en donde actúan los diferentes antibióticos. Un ejemplo de cada uno de éstos son mencionados. ¿Ya viste dónde actúa la penicilina?


Correcto uso de antibióticos


Es importante saber qué tipo de bacteria es la que nos esté enfermando, para poder utilizar el antibiótico correcto. Esto se realiza por medio de la consulta con un médico y pruebas de laboratorio bacteriológicos.


Las bacterias se multiplican y evolucionan rápidamente adaptándose para sobrevivir a su entorno. Por lo mismo desarrollan mecanismos de defensa contra los antibióticos y se vuelven resistentes. Esto es problemático porque los antibióticos que son útiles ahora ya no lo serán. Además, el desarrollo de nuevos antibióticos requiere un largo proceso de investigación mediante estricto control, el cual es más lento que la adquisición de resistencia bacteriana. Debido a ello, el uso de antibióticos debe ser regulado y adecuado, y no sobre-utilizarse. Así que los antibióticos son una herramienta para beneficio de todos, pero si no se utilizan adecuadamente se genera resistencia bacteriana, afectando el tratamiento actual y de generaciones futuras.


Para más información consulta:

22 visualizaciones0 comentarios
bottom of page